Nuestro Atico

Por fin, apararecen estos... Llegan con una gente. Yo llevo rato allí, ya me conozco a media cola. La gente que se esta esperando se empieza a marchar hacia otros alojamientos como hostales. Al final, conseguimos entrar y nos colocamos en el ultimo piso con una familia entera de franceses con un montón de niños y por ultimo un chaval joven de Crevillent. Este albergue parece de lujo en comparación del anterior. Las literas no estan pegadas y ademas tenemos las duchas por habitación.

Comemos por la zona en un bar cercano. Aqui hay una pareja de alemanes, peregrinos tambien. Resulta que la camarera les dice que nos le queda mas que un plato de carne guisada. Belén pasa a ayudarles en ingles para decirles lo que les esta contando la camarera. El chico quiere tomar carne, pero lo unico que queda son albondigas.. y no saben lo que es.. y ademas no sabemos como se dice en inglés. Asi que resulta que desde otra mesa se las enseñan levantandolas en alto. Que bueno!... jajajaja...

Luego, nos sentamos a tomar el sol, en las sillas de fuera del bar. Charlamos animosamente con dos hombres, valencianos, de Alzira para mas señas, que eran los que llegarón con estos en pelotón. Al rato, nos vamos para la habitación, pillando de la farmacia reuxin. Nos duchamos y luego nos untamos todas las cremas del mundo. Monica la pobre se desespera. Hacemos la colada y tendemos en la ventana del ático.



Sobre las siete o las ocho, nos vamos a tomar unas raciones de pulpo en un bar. El pan un poco duro, quizas. Luego, nos vamos a cenar, en un portal, pillando unos yogures. A las ocho y pico estamos en la habitación metidos en los sacos. Los franceses duermen ya placidamente. A mi y a Belén, nos cuesta un poco mas dormir. Pero luego caemos rendidas.

Mañana otro día mas.